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7 Consejos para Escritores Principiantes

Sobre todo si empiezas cuando ya eres mayor

Además de talento, que puede estar presente en cualquier edad de la vida, escribir requiere cierta madurez emocional, un sentido de empatía que te permite ponerte en el lugar de quien leerá tus escritos e intuir que tipo de emociones sentirá. Esto último, ésta capacidad de conocer los sentimientos que tus palabras provocan en quien las lee, es una de la herramientas o talentos más importantes a la hora de crear una carrera cómo escritor exitoso.

Muchos autores escriben para sí mismos, y no está mal. Sé que cuando disfrutas y te diviertes mientras escribes, tus lectores disfrutarán y se divertirán. Pero si además de divertirte y disfrutar, encuentras la manera de crear una emoción en el lector, sorpresa y conexión… Tu obra estará mucho más cerca de su corazón y pasará de leerte a ser un seguidor fiel.

Raimón Samsó lo declara muy bien en una charla que escuché alguna vez: “No es qué ganas tú, es qué ganan ellos”. Se puede escribir desde muchas perspectivas y cada autor conecta con los lectores con los que puede. Pero es algo a tener en cuenta.

Si, como muchos autores famosos, empezaste a escribir después de la crisis de los treinta, cuarenta, cincuenta o con más “juventud acumulada”, pero te está resultando difícil mantener tu ritmo de escritura o terminar de escribir tus libros. Si tienes un trabajo de “supervivencia”, o estás super-liada con tus hijos, tu familia y sólo puedes escribir a ratos perdidos; aquí van algunos simples consejos para ayudarte a crear los hábitos y las recompensas que tu cerebro agradecerá, ayudándote a perseverar y terminar tus manuscritos.

1) La regla de los cinco minutos:

      Básicamente es un compromiso de sentarte a escribir cada día “al menos” cinco minutos. Es muy posible que te parezca muy poco. ¿Qué puedo escribir en cinco minutos? Pero la idea es quitar presión a tu cerebro y crear un hábito de escribir cada día. Así que a cierta hora, te sientas en el teclado, o tomas tu libreta y te retiras del mundo alrededor por “cinco minutos” y trazas unas líneas para tu historia, un párrafo que resuma la idea que te está rondando en la cabeza ese día, sobre cómo hacer que tu personaje pase al siguiente nivel; o sobre cómo terminar tu historia. Puedes aprovechar a crear los títulos para los capítulos que crees que tu historia necesita… En fin la idea es que cinco minutos pueden transformarse en algo más y sin darte cuenta terminarás haciendo quince o veinte, o media hora. Pues ahora que tienes el hilo de la idea sobre el papel o la pantalla, te entusiasma terminar de plasmar, al menos, “esta” idea.

Lo que consigues con éste método es crear una rutina o hábito y luego de dos o tres semanas será algo que tu cerebro te pedirá, pues lo disfrutas y obtienes un sentido de avance en tu trabajo.

Apaga la tele y usa ese rato para escribir tus ideas en un papel. O sal a tomar un café con tu libreta; o siéntate a almorzar con lápiz y papel cada día en tu trabajo. O levántate media hora antes y enciende el ordenador sin entrar a Internet o contestar el email ni nada de eso; sólo “cinco minutos” para plasmar la idea que has ido desarrollando en la parte de atrás de tu cabeza durante todo el día o la noche. O ese sueño que acabas de tener. Pruébalo durante 21 días y verás la enorme diferencia en tu forma de escribir y tu entusiasmo.

2) Lleva la cuenta de las palabras que escribes cada día:

Si lo contabilizas puedes mejorarlo, si no sabes cuánto escribes cada día no tienes idea dónde puedes mejorar ni cuan cerca o lejos estás de tu meta. O si tu meta de escritura es demasiado ambiciosa. Muchos autores dicen: “Escribiré este manuscrito en los próximos tres meses” y luego de un año se dan cuenta que no van ni por la mitad y renuncian. Hay tantos talentosos escritores que jamás han publicado nada en su vida debido a sentirse sobrepasados por la titánica tarea de terminar sus historias.

Así que créate una planilla de Excell o usa una hoja al final de tu cuaderno en la que día a día apuntarás cuantas palabras has escrito y en cuanto tiempo. Es fácil y ayudará muchísimo a tomar conciencia y contarte verdad sobre cuándo y cómo escribes y la mejor manera de mejorar y terminar por fin tu manuscrito.

3) Cuaderno de Ideas:

 

Éste debería ser el primer consejo. LLEVA UNA LIBRETA CON UN BOLIGRAFO SIEMPRE CONTIGO. Será parte de tu cuerpo, una extensión de cabeza. Cuando la gente te mire sin tu libreta, tiene que preguntarte: ¿Dónde la dejaste?
Cuando tengas una idea en el tren, la ducha, el trabajo, dónde sea; anótala a toda prisa. Tus ideas son gemas que te brinda tu subconsciente (esa parte de la mente que nunca descansa). No dejes de anotar tus ideas por más locas y disparatadas que te parezcan.

Terminarás con cientos de papelitos llenos de posibles ubicaciones para la escena que estás escribiendo, o el nombre del personaje que buscabas ayer mientras te devanabas los sesos frente al teclado y no salía. En mi caso son nombres para naves espaciales, bromas que mis personajes hacen mientras saltan en paracaídas sobre Noruega y cientos de detalles que me llegan en los momentos en que no estoy pensando en ello.

Luego ¿qué haces con esos papeles? Pues usas tus cinco minutos diarios para incluir las ideas en los capítulos en que irán incluidas. ¡Venga! Que ya tienes estructura e ideas! Es tiempo de poner “chicha” al asunto.

4) No corrijas:

Bien, ahora que ya estás escribiendo todos los días un ratito llegará el Fantasma número cuatro: “El Espíritu Corrector”. NO CORRIJAS TU MANUSCRITO HASTA EL FINAL. Lo más importante es terminar tu manuscrito. No regreses atrás ni re-leas lo escrito a menos que necesites una referencia para dar contexto o continuidad a tu historia. NO CORRIJAS.

Corregir es otra forma de “Procrastinar”. Ya tendrás tiempo de mejorar cuando termines el manuscrito y dediques un buen mes a re-leerlo y a corregir o re-escribir las partes que no funcionen. El problema es que cuando regresas y corriges lo que escribiste ayer sin terminar la historia, sin sacarla de adentro y ponerla por escrito, caes en el mismo problema de muchos autores: lo que escribiste no es tan bueno como el libro que estás leyendo de ese autor consagrado; peor es una verdadera mierda… “si escribo así me expongo al ridículo”… Lo que no entiendes todavía es que ese libro superventas de tu autor favorito ha pasado por casi diez correcciones antes de salir al mercado, y no solo correcciones sino que ha sido editado y que un grupo de personas han cortado, atado, borrado, y ayudado al autor a pasar de un manuscrito de mierda a una obra con calidad suficiente para cumplir con las necesidades emocionales de sus lectores. ¡Oh sí! Hay autores que escriben maravillas a la primera y que están tocados por las musas, plasmando en palabras terrenales las bellezas de los cielos inalcanzables para los mortales… ¡Pamplinas! Escribir es re-escribir y solo alcanzarás la maestría si terminas tu historia,  aprendes de tus errores y escribes la siguiente; y la siguiente, y la siguiente.  No te preocupes por corregir, ahora sólo saca la historia que te quema dentro y ya corregirás al final, después de poner la palabra “Fin”. Puedo asegurarte que éste sólo acto, el terminar tu manuscrito cambiará tu vida.

5) No pidas opinión sobre lo que escribes a tu fontanero, a tu familia, ni a nadie.

Seamos claros, tu familia no es tu público ideal, no comparten tus gustos por el género en que escribes y, por regla general aunque hay excepciones, nadie en tu entorno entiende un pimiento de cómo escribir un libro o de cómo contar historias. Por supuesto que te quieren y te cuidan, pero a la hora de ayudarte o criticar tu arte no son los indicados. La mejor manera de mejorar tu estilo de escritura es leyendo a los grandes dentro de tu género. Lee mucho. Lo repetiré: LÉE MUCHO, MUCHO. Y hazlo con ojo de escritor, analiza cuando sientas la emoción o cuando el autor te sorprenda o cuando veas la inteligente forma de hilar dos escenas. Analiza, busca la perla en la escritura: ¿Cómo hace para escribir así? Ah!… tienes que leer desde el punto de vista de un escritor y aprenderás lecciones que no puedes aprender de otra manera. Es lo mismo con las películas que miras o incluso cuando hablas con alguien que es un excelente contador de historias. Analiza, aprende, elige la forma de expresarte que te gusta y usa los trucos que aprendas con naturalidad y sin forzarlos. Tu lector te agradecerá  el esfuerzo y creará una audiencia de seguidores que realmente disfruten de tu “estilo único”…

 

6) No te pases de listo:

No busques muchos sinónimos, o palabras rebuscadas ni palabras que no uses normalmente en tu día a día. Hay escritores que en su vida jamás usan ciertas palabras o formas de expresarse y luego “fuerzan” esas expresiones en sus libros. Créeme, se nota. Hay convenciones del género que respetar, pero si fuerzas el lenguaje tu lector no disfrutará de la lectura. Si cada dos o tres párrafos tiene que pararse a pensar en qué significa ésta o aquella palabra, o usas “florituras verbales inaccesibles” lo harás sentir un tonto y nadie paga para que un autor lo haga sentir un burro.

Otro consejo dentro de este es que no hagas decir a tus personajes cosas que no dirían, o hablar de forma que nadie hablaría. Si deseas conectar con tu lector has de darle profundidad a tu personaje pero jamás cayendo en los clichés de hacerlo hablar como un idiota.  Aprende técnicas narrativas y apúntate a algún curso de escritura si lo necesitas, y observa cómo tu autor favorito maneja los diálogos en ese libro que te marcó para siempre.

Aplica la regla KISS, del inglés: Keep It Simple Stupid. Escribe lo más simple que puedas y no cuentes cada detalle, cada emoción; en su lugar describe las reacciones, las expresiones. En nuestras conversaciones diarias sólo el 7%, el siete por ciento nada más es comunicación verbal, con palabras. El otro 93 % son el tono, los matices de la voz, los gestos, las posturas… No cuentes, muestra más bien qué está pasando. En lugar de decir: “Se sintió ofendida” di mejor “Salió dando un portazo”, tu lector entenderá mejor y le permitirás a su cerebro trabajar naturalmente.

7) Vas a tener que sacar callos y que se te endurezca la piel:

¿Qué pasaría si nunca vendes un solo libro? ¿Qué pasa si fracasas o si sólo eres una estrella fugaz y luego nunca más vuelves a vender libros? ¿Seguirías escribiendo? ¿Amas tanto escribir que escribirías aunque no fueras exitoso?

Si escribir es tu vocación, tu don, tu pasión, no te rindas. NO TE RINDAS.
Nunca dejes de escribir si es lo que tu alma te está pidiendo.

Hay gente buena, hay escritores maravillosos que te ayudarán a ser mejor escritor y mejor persona. Pero dependerá de tu actitud interior, de tu humildad y de la forma en que aprendas cada día. Busca rodearte de quien te ayude a crecer, y ponte a su servicio. No es sólo: ¿qué tienes para mi? sino más bien: ¿qué podemos lograr juntos?

No es cuestión de fuerza de voluntad. Obligarte a hacer cosas no sirve. Piensa de esta forma: ¿Es una obligación para ti ver a esa persona que amas? ¿No estás buscando cada pequeña oportunidad para estar juntos? ¿No le extrañas cada vez que tienen que estar separados? Pues con tu pasión en la vida es igual.
¿Amas escribir? Claro que hay ocasiones que no puedes sentarte; por supuesto que el tiempo parece que no alcanza, sobre todo cuando eres mayor y tienes responsabilidades y deudas…  ¿Amas escribir?

 

Otro tema para terminar es el siguiente: Nunca vas a convencer a todos, te van a criticar… Te van a destrozar… Hay también mucha gente mala por ahí afuera… Muchos que se rindieron, que están amargados, que prefieren vivir de sus miedos y ver siempre el lado negativo. Los que buscarán tus errores gramaticales pero jamás se ocuparán de escribirte y ayudarte a mejorar…
Aún peor, muchos autores que creen que porque les han publicado un libro son mejores que tú, que tu sobras… Y son legión; y tú eres uno. Tienen apoyo, seguidores y tú no tienes nada… aún, pues si aprendes y trabajas para captar a tu audiencia correcta, si publicas y mejoras, si aceptas las críticas y creas cada vez mejores libros, mejores historias, mayor conexión; entonces lo que siembras, a su tiempo, cosecharás.
No te rindas, no abandones. No hagas caso, por favor… El mundo necesita ese regalo único que tú y solamente tú tienes para dar. Y cuando llegues ahí arriba, cuando seas exitoso y puedas vivir de tu carrera como escritor, recuerda dónde empezaste.

Ama lo que haces, escribe and Kill those bitches!

Estos son algunos de los mejores consejos que escuché, aprendí y estoy aplicando en mi propia carrera cómo escritor, escritos con mucha humildad y con la esperanza que te inspiren y te ayuden a superar las murallas y los bloqueos.

Un abrazo y seguimos en contacto.

Pablo.

 

7 Consejos para Escritores Principiantes: Sobre todo si empiezas cuando ya eres mayor.

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